Antes de abordar el tema de las políticas para la construcción de fuentes internas de crecimiento y desarrollo, en este artículo propondremos algunos cambios en el actual esquema institucional de políticas monetaria y cambiaría orientados a la configuración de una estructura de precios relativos funcional a un nuevo estilo de crecimiento basado en la expansión de los mercados internos y de las actividades transables.


Desde 2002 la política monetaria está basada en una meta de inflación (con una banda de +/-1%), y una regla con la tasa de interés de referencia del Banco Central (BCRP) como instrumento. Se supone que los movimientos de esta tasa influyen positivamente en el resto de tasas de interés de plazos más largos. Bajo este esquema de política, el BCRP mueve su tasa para asegurar que la inflación y las expectativas de inflación no se alejen de la meta anunciada y, al hacerlo, también asegura la reducción de la brecha del producto. 

En el año 2002 se introdujo una regla de intervenciones en el mercado cambiario para contrarrestar las fluctuaciones del precio del dólar. 

La aplicación de esta regla, dada la inflación doméstica, debería impedir apreciaciones o depreciaciones abruptas del tipo de cambio real y, al mismo tiempo, debería permitirle al BCRP contar con suficientes reservas internacionales para intervenir en el mercado. 

La dolarización del crédito bancario, a familias y empresas con ingresos en dólares, implica un riesgo

 (Este mismo riesgo cambiario lo tiene la deuda pública cuando es predominantemente externa o en moneda extranjera).  



A inicios de 2002, el BCRP anunció una meta explícita de inflación de 2.5%, dentro de una banda de 1.5% y 3.5%.

 Pero, en enero de 2007, el nuevo directorio del BCR decidió bajar la meta de inflación a 2% (+/- 1%).

La única justificación para esta reducción fue que la inflación subyacente se mantuvo por debajo de la meta desde fines de 2004 hasta fines de 2006. Esta decisión no tomaba en cuenta la importancia que en nuestro país tienen los choques de oferta, dada su estructura productiva. Pero, además, no se ponderó que la disminución de la meta a 2% podría restarle eficiencia a la política monetaria en situaciones recesivas en las que aún se precisan de estímulos monetarios. La administración de Julio Velarde, además de reducir la meta de inflación, en 2007 cambió la política de encaje que en 2004 «se impuso a los adeudados con el exterior de la banca comercial para evitar (los) ciclos de expansión y contracción del crédito en moneda extranjera de origen externo».

Julio Velarde promovió nuevamente el incremento del crédito en moneda extranjera.

Por último, en la actual desaceleración económica el BCRP utiliza la tasa de encaje en moneda nacional, en lugar de bajar significativamente su tasa de interés de referencia. Entre noviembre de 2013 y junio de 2014, disminuyó esta tasa de 4.25% a 4%, y realizó disminuciones posteriores hasta llegar a 3.25%, que es la tasa vigente en la actualidad. Su temor es que mayores rebajas estimulen mayores salidas de capital que den lugar a incrementos en el precio de dólar y, consecuentemente, a aumentos en la tasa de inflación y a efectos hojas de balance por la existencia de crédito en moneda extranjera.



Las siguientes propuestas de reforma están orientadas a mejorar la eficiencia de las políticas monetaria y cambiaria, y a promover la transformación de la estructura productiva y del actual estilo de crecimiento económico. Estas reformas son:

1)Adoptar una meta de inflación de 3% (con una banda de +/- 1%).
2)Mantener un tipo de cambio real alto y competitivo por largos periodos, con la aplicación eficiente de la regla de intervenciones esterilizadas en el mercado cambiario.


LAS TRES ÚLTIMAS SON INDISPENSABLES para mejorar la eficiencia de la política monetaria y cambiaria. Sobre la quinta trataremos con más detalle en nuestra próxima entrega. Lo que importa destacar aquí es que...

un mercado de capitales en soles robusto, aumenta la competitividad en el mercado financiero, abaratando el costo del endeudamiento.
Una meta de inflación de 3% (+/-1%) permitirá al BCRP enfrentar con mayor flexibilidad los choques de oferta

... y las restricciones sectoriales que ocurran durante el proceso de transformación de la estructura productiva, que a su vez debe ser acompañado por incrementos de la demanda interna. Tener más espacio para la política monetaria, ...

es fundamental para transitar de un estilo de crecimiento primario exportador a otro basado en la expansión de la agricultura, la agroindustria y la manufactura, etc.

Por último, la adopción de un tipo de cambio real estable y competitivo para promover la expansión.


Publicado en Diario UNO, 25 de julio del 2015.