Con el transcurrir del tiempo la crisis de los partidos políticos se agrava cada vez más. La población les cree cada vez menos. En muchos casos la inscripción de un nuevo partido es vista como una vía para ingresar a los oscuros negocios ligados a la política. Existen 22 partidos inscritos. 

La situación es tan delicada y vergonzosa que el propio JNE se propone ayudar a los partidos en la elaboración de sus planes de gobierno. ¡Plop! Ahora, con el cuento del ‘fin de las ideologías’, los partidos han sido ganados por el “pragmatismo”, la defensa de los intereses de grupo, la frivolidad y falta de consecuencia. 

No solo se han alejado de los pobladores sino de sus propios seguidores. 

Así las cosas, ¿por dónde comenzar? Por su democracia interna para sus militantes y reencuentro con la ciudadanía para la elección de candidatos. 

En la Asamblea Nacional de delegados o congreso partidario para elegir candidatos se constata la influencia de las cúpulas. Por ejemplo, en los estatutos del Partido Nacionalista el presidente del partido puede “invitar” con voz y voto a un número indeterminado de personas a la Asamblea Nacional; también, una reconocida congresista del fujimorismo hace poco declaró en la TV que se estaba preparando “el congreso partidario para elegir a Keiko”.

En la situación actual, las elecciones internas basadas en “cada militante un voto” lleva a una guerra entre facciones para decidir qué registros de militantes son los que valen, por eso hay hasta violencia y desconocimiento de los resultados. 


En cambio, las elecciones abiertas y universales (votan los militantes y ciudadanos en general solo presentando su DNI), busca restablecer los vínculos y asumir compromisos con la población. Supervisada por la ONPE y de acuerdo con las normas del JNE, es lo que las izquierdas y el progresismo están audazmente llevando a cabo. ¿Qué dicen las derechas?

Carlos tapia
Miembro de Ciudadanos por el Cambio.